EN ESTA ENTRADA ENCONTRARAS BIOGRAFÍAS DE CIENTÍFICOS DEL MUNDO CUYAS APORTACIONES PERMITIERON DESARROLLO DE LA CIENCIA.
Claudio Tolomeo.
(O Ptolomeo; Siglo II) Astrónomo, matemático y geógrafo griego. Es muy poca
la información sobre la vida de Tolomeo que ha llegado hasta nuestro tiempo. No
se sabe con exactitud dónde nació, aunque se supone que fue en Egipto, ni
tampoco dónde falleció.
Su actividad se enmarca entre las fechas de su primera observación, cuya realización asignó al undécimo año del reinado de Adriano (127 d.C.), y de la última, fechada en el 141 d.C. En su catálogo de estrellas, adoptó el primer año del reinado de Antonino Pío (138 a.C.) como fecha de referencia para las coordenadas.
Tolomeo fue el último gran representante de la astronomía griega y, según
la tradición, desarrolló su actividad de observador en el templo de Serapis en
Canopus, cerca de Alejandría. Su obra principal y más famosa, que influyó en la
astronomía árabe y europea hasta el Renacimiento, es la Sintaxis matemática, en trece volúmenes, que en griego
fue calificada de grande o extensa (megalé) para distinguirla de otra colección
de textos astronómicos debidos a diversos autores.
La admiración inspirada por la obra de Tolomeo introdujo la costumbre de
referirse a ella utilizando el término griego megisté (la
grandísima, la máxima); el califa al-Mamun la hizo traducir al árabe en el año
827, y del nombre de al-Magisti que tomó dicha traducción procede el título de Almagesto adoptado generalmente en el Occidente
medieval a partir de la primera traducción de la versión árabe, realizada en
Toledo en 1175.
Utilizando los datos recogidos por sus predecesores, especialmente por
Hiparco, Tolomeo construyó un sistema del mundo que representaba con un grado
de precisión satisfactoria los movimientos aparentes del Sol, la Luna y los
cinco planetas entonces conocidos, mediante recursos geométricos y
calculísticos de considerable complejidad; se trata de un sistema geocéntrico
según el cual la Tierra se encuentra inmóvil en el centro del universo,
mientras que en torno a ella giran, en orden creciente de distancia, la Luna,
Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno.
El universo geocéntrico de Tolomeo.
Con todo, la Tierra ocupa una posición ligeramente excéntrica respecto del
centro de las circunferencias sobre las que se mueven los demás cuerpos
celestes, llamadas círculos deferentes. Además, únicamente el Sol recorre su
deferente con movimiento uniforme, mientras que la Luna y los planetas se
mueven sobre otro círculo, llamado epiciclo, cuyo centro gira sobre el
deferente y permite explicar las irregularidades observadas en el movimiento de
dichos cuerpos.
El sistema de Tolomeo proporcionó una interpretación cinemática de los
movimientos planetarios que encajó bien con los principios de la cosmología
aristotélica, y se mantuvo como único modelo del mundo hasta el Renacimiento,
aun cuando la mayor precisión alcanzada en las observaciones astronómicas a
finales del período medieval hizo necesaria la introducción de decenas de
nuevos epiciclos, con lo cual resultó un sistema excesivamente complicado y
farragoso.
Como geógrafo, ejerció también gran influencia sobre la posteridad hasta la
época de los grandes descubrimientos geográficos. En su Geografía, obra en ocho volúmenes que completó la
elaborada poco antes por Marino de Tiro, se recopilan las técnicas matemáticas
para el trazado de mapas precisos mediante distintos sistemas de proyección, y
recoge una extensa colección de coordenadas geográficas correspondientes a los
distintos lugares del mundo entonces conocido. Tolomeo adoptó la estimación
hecha por Posidonio de la circunferencia de la Tierra, inferior al valor real,
y exageró la extensión del continente euroasiático en dirección este-oeste,
circunstancia que alentó a Colón a emprender su viaje del descubrimiento.
Entre las demás obras de Tolomeo figura la Óptica,
en cinco volúmenes, que versa sobre la teoría de los espejos y sobre la
reflexión y la refracción de la luz, fenómenos de los que tuvo en consideración
sus consecuencias sobre las observaciones astronómicas. Se le atribuye también
la autoría de un tratado de astrología, el Tetrabiblos, que
presenta las características de otros escritos suyos y que le valió buena parte
de la fama de que gozó en la Edad Media.
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